SOBRE MÍ

Hola, soy Damián Basante Arbues, artista visual argentino radicado en la España de mi abuela paterna y viviendo en la Costa del Sol andaluza.

Sorprendidos por cómo dibujaba, ya desde los 3 años mis viejos siempre me estimularon y apoyaron para que me expresara como más quisiera. ¡Agradecimiento eterno a ellos!
En la adolescencia comienzo a tomármelo en serio y desde los 15 años estudio dibujo con Horacio Lalia, durante 3 años. Al terminar el colegio entro a la Universidad de Arte y en el 2009 me recibo como Licenciado en Artes Visuales, con especialización en Dibujo y Escultura. En 2010 comienzo a trabajar como profesor de arte.

Debido a que durante los años de cursada en la universidad había empezado a interesarme más por la pintura y la fotografía, cambio la escultura por la pintura al óleo y empiezo a documentar mis viajes como mochilero con cámara en mano.

Con el correr de los años fui vendiendo algunas de mis obras y teniendo cada vez más encargos y comisiones al óleo. Por otro lado, a medida que realizaba algunos trabajos fotografiando obras de teatro y bandas de música, la fotografía de viajes comenzaba a marcar mi pulso creativo.

La pandemia y mis planes de migración a España para 2021 me forzaron a la virtualidad y comencé a trabajar como fotógrafo de stock y a crear un canal de YouTube teniendo como ejes centrales los viajes y el turismo cultural.

Actualmente viviendo en Andalucía he montado mi nuevo estudio, y enlazado oficialmente pintura y fotografía bajo influencia mutua.

Luego de años de búsqueda de una imagen propia, ambas producciones llegaron a un punto de maduración convirtiéndose en un diálogo alternado entre la experiencia dinámica -pero contemplativa- de mis viajes, y el trabajo sereno -e introspectivo- en mi estudio.

En la historia del arte, fotografía y pintura se han entrecruzado constantemente, pero en general han tenido intenciones distintas para diferenciarse entre sí y no solaparse mutuamente.

Pero a mí comenzó a llamarme la atención el cruce indistinto, diferenciando no la imagen, sino el proceso y la manera de abordarlo. La distinción del resultado final está en el soporte y en cómo dialoga la obra con el público. 

A fin de cuentas, la foto y la pintura busca transmitir lo mismo, pero con diferentes herramientas. Idéntica imagen, en diferente formato, puede resonar distintas fibras en una persona.

Esto es posible gracias a que todo lo que he aprendido sobre teoría del color en pintura, lo aplico en edición fotográfica; y todo lo que he aprendido sobre composición en fotografía, lo aplico en la creación de obras.

Como fotógrafo y pintor al óleo, capturo -y reinterpreto- escenas tanto urbanas como naturales y rurales; con una mirada íntima, simbólica y profundamente humana, generalmente enlazada a la identidad, la memoria y el territorio.

Durante la etapa de viaje todo es nuevo: mis sentidos se expanden y, cámara en mano, congelo instantes, lugares, situaciones o personas. Luego, en el estudio, atravieso un proceso creativo más analítico, en el que esos fragmentos del camino, esos fotogramas que fueron testigo de mi vivencia, transmutan en reinterpretaciones al óleo dotadas de una cosmovisión más personal, intervenidas ahora por la experiencia subjetiva.

Mi proceso creativo navega estos dos cauces que se separan y se reencuentran cíclicamente. Con cada uno percibo el paso del tiempo, y conecto con la realidad a mi alrededor de manera distinta.

Ambas disciplinas encuentran actualmente su espacio de producción videográfica en sus respectivos canales de YouTube, donde muestro el detrás de escena de los viajes y de la realización de las obras.

Mi camino como artista plástico es mucho más largo que como fotógrafo, y encontrar una imagen propia requirió también de mucho más años y experiencia. Lo normal suele ser enfocarse en una actividad para profesionalizarse en ella. Pero yo pasé los últimos 15 años practicando y desarrollando fotografía y pintura a la vez.

Me considero fotógrafo de viajes porque es el momento en el que tomo mi cámara y me pierdo con ella. No sólo estoy viajando por lugares físicamente, sino que además me abstraigo con mi cámara y viajo mentalmente a un universo de bolsillo propio. Es el mismo tipo de abstracción que siento cuando pinto en mi estudio.