MI VISIÓN FOTOGRÁFICA

Me considero fotógrafo de viajes porque es el momento en el que tomo mi cámara y me pierdo con ella. No sólo estoy viajando por lugares físicamente, sino que además me abstraigo con mi cámara y viajo mentalmente a un universo de bolsillo propio.

Es el mismo tipo de abstracción que siento cuando pinto en mi estudio.

Puede ser un viaje largo o una escapada de fin de semana. Es la dimensión del dinamismo y del cambio constante alrededor. Es la novedad  -no importa que sea un lugar en el que ya he estado- lo que alerta a mi sentido más desarrollado, la vista.

Si tuviera que describir qué tipo de fotografía hago dentro de la fotografía de viajes, hay diversas intenciones o más bien encuentros, a lo largo de los años, que pueden llegar a trazar una caracterización.

Utilizando dos conceptos pictóricos de la historia del arte, me describiría como un fotógrafo “romántico” e “impresionista”.

En primer lugar, me gusta encontrar la belleza en las pequeñas cosas. En esos rincones cotidianos que suelen pasar desapercibidos para la mayoría de las personas. Un detalle al que nadie prestó atención, suele llamar la atención a mis ojos. Se siente como un zoom-in natural en la mirada. Luego viene una necesidad de encontrar el punto de vista o el mejor encuadre para enfatizar algún aspecto de ese rincón camuflado que solo salta a la vista desde un ángulo o una perspectiva en particular. La belleza está en todos lados y encontrarla me resulta excitante.
Y si tenemos que hablar de paisajes o grandes espacios como naturaleza, pueblos o ciudades; el concepto de la pintura romántica y de la relación del ser humano con la naturaleza o su entorno, definitivamente es un concepto con el me siento 100% identificado cuando quiero capturar lugares amplios y abiertos. La vastedad de los paisajes y la fuerza de naturaleza que supieron desarrollar con maestría artistas como Turner o Corot y que luego supieron continuar Ansel Adams y Galen Rowell, entre otros, es otra búsqueda que parece encontrarme abstraído.

Me apasiona enormemente presenciar los cambios atmosféricos y de la luz a lo largo de las horas. Ese interés que supieron desarrollar tan bien los impresionistas. Su concepto de pintura era super fotográfico. La serie de la catedral de Rowen de Monet es una serie fotográfica del mismo lugar con diferentes atmosferas de luz, solo que fue capturada con pincel y pintura en lugar de una cámara. Cómo impacta la luz en un objeto de acuerdo a su composición física, la luz ambiental desde con la física del cosmos y la atmosfera terrenal danzando.
Las capas visuales que generan entre las distancias y la atmósfera del aire.

En el apartado de la forma, también me llaman la atención las texturas, patrones y geometrías ocultas o a plena vista que se pueden encontrar tanto en la naturaleza como en la arquitectura. Lo que me lleva a hablar del paso del tiempo en la arquitectura o en los objetos. Otra temática que me dispara no sólo atención sino también admiración. Hasta podríamos decir que es envidia. Algo que ha sobrevivido a tantos cambios y trasformaciones de este mundo y que sin embargo aún está ahí, resistiendo y transmutando. Una especie de informante del paso del tiempo, que nosotros no podríamos atestiguar naturalmente. Y como milennial nacido en los 80 de Volver al Futuro, mi manera de viajar en el tiempo, una idea que me marcó a fuego, es admirando y retratando a ese testigo creado por el ser humano para hacer lo que nosotros no podemos. Eso me parece una idea fascinante.
Y si se yuxtapone lo artificial con lo natural, aún mejor…

Y en cuanto a la fotografía callejera y los retratos, me gusta capturar la esencia natural de la persona, de ese momento auténtico, único, irrepetible y no impostado, lejos de la pose o la postura para la foto. No me gusta incomodar a la gente y pedirles participación, me resulta invasivo. Es algo que hago en muy contadas ocasiones. Aunque debo admitir que me gusta mucho el resultado. Quizás deba hacerlo más…

La fotografía callejera tiene una dimensión diferente que me resulta super atractiva, y que más admiración me genera ver en colegas más talentosos. Probablemente por ser en la que menos práctica tengo. Quizás sea la más difícil y frustrante por la dependencia de cambiantes factores externos, pero a la vez lo que le otorga esa epicidad y sensación de magia y destreza. Requiere más práctica e intuición, que técnica.

Creo que la mejor foto para mí, la que probablemente me haga sentir más orgullo y placer de haberla hecho, sería cualquier imagen que pueda parecer una pintura y se apremie de ser seleccionada como candidata a tener su versión al óleo.

Obviamente muchas veces las temáticas se entrecruzan y comparten el mismo instante. Pero si tuviera que encontrar un término que condensara cada una de estas aristas dentro de la fotografía de viajes, serían:


Paisajes y naturaleza: PAZ y SERENIDAD

Arquitectura, objetos y personas: TIEMPO Y ESPACIO

Rincones y lo cotidiano: la BELLEZA

Luz y atmósfera: la CIENCIA del COLOR

Porque además, en mi, se suma la dimensión de aprender a cómo representar ese efecto lumínico, de textura, de perspectiva o de forma. Ahí es cuando entra el trabajo pasivo y pausado en el estudio.

 

“CAMINAR CON CÁMARA EN MANO ES EL MEJOR PLAN QUE PUEDE HABER CUANDO ESTOY DE VIAJE.”